viernes, 23 de abril de 2010

Antes y después del quebrantamiento



Antes y después del quebrantamiento

Quebrantamiento: la acción independiente del alma debe ser destruida Dios tuvo la intención de que el espíritu del hombre fuese su hogar o morada. De modo que el Espíritu Santo unido con el espíritu humano iba a gobernar el alma; luego el espíritu y el alma usarían el cuerpo como medio de expresión.

El quebrantamiento del hombre exterior permite que Dios pueda usarnos de manera efectiva.

Hombre exterior intacto ¬¬ Mente gobierna el trabajo (persona inteligente)
 Emociones gobiernan el trabajo (persona compasiva)

Consecuencia: no se pueden traer a otros a Dios.

Espíritu salga pero con sus propios pensamientos o emociones resultado mixto e impuro.

Consecuencia: Traer a otros a una experiencia mixta e impura

Si queremos ser usados con efectividad debemos darnos cuenta que “el Espíritu es el que vivifica”.
Sólo el espíritu vivifica, los mejores pensamientos o emociones no pueden hacer vivir a las personas.

Cuando el espíritu es liberado:
Las personas pueden nacer de nuevo
Los santos pueden ser confirmados

Dios no tiene la intención de hacer una distinción entre su Espíritu y nuestro espíritu. En algunos pasajes de la biblia resulta difícil determinar si la palabra “espíritu” usada se refiere al Espíritu de Dios o a nuestro espíritu (ej Romanos 8).

En el momento en que nuestro espíritu humano es sacado del estado de muerte, recibimos el Espíritu Santo por lo tanto Él mora en nuestro espíritu y es difícil discernir cual es el Espíritu santo y cual nuestro espíritu. Esto porque están amalgamados. Si bien cada uno es distinto no es tan fácil distinguirlos.

Por lo tanto, la liberación del Espíritu es la liberación de nuestro espíritu + el Espíritu Santo. Esto porque el espíritu Santo y nuestro Espíritu están unidos y forman uno (1 corintios 6:17).

Cuando el Espíritu Santo obra necesita ser conducido por el espíritu del hombre por ejemplo la electricidad conducida por cables eléctricos el Espíritu de Dios usa al espíritu humano como conductor y a través de él es traído al hombre.

Todo aquel que ha recibido gracia tiene al Espíritu Santo morando en su espíritu. Para ser usado por el Señor no depende de nuestro espíritu sino del hombre exterior, el cual necesita ser quebrantado. El Espíritu Santo está aprisionado dentro del espíritu humano y no puede surgir.

Hombre exterior activo – Hombre interior inactivo.


Ejemplos de problemas de este desequilibrio

1. Hablar de Cristo con un mensaje bien preparado pero interiormente nos sentimos fríos como el hielo. Ansiamos conmover a otros pero interiormente nos sentimos fríos como el hielo.
2. Podemos decir a otros cuán grande es el amor del Señor, y sin embargo, no somos tocados por Él. Podemos contar cuán trágico es el sufrimiento de la cruz y sin embargo al regresar a nuestra habitación podemos reír.

Nuestra mente puede trabajar, nuestras emociones pueden estar vigorizadas, pero todo el tiempo sentimos meramente que el hombre exterior es un observador del procedimiento. El hombre exterior e interior no son uno.

3. El hombre interior está desbordado por los celos. La persona quiere gritar pero no encuentra expresión. Mientras más cargado está en su interior, más frío se convierte su exterior.
4. Él ansía hablar pero no puede expresarse, cuando se encuentra con un pecador, su hombre interior tiene deseos de llorar pero no puede derramar ni una sola lágrima.

La causa es la misma: la cáscara exterior aún se aferra a él. El exterior no obedece los dictámenes del interior. El espíritu aún no halla la forma de romper la cáscara.

Salir y regresar

Un problema habitual entre los cristianos es tratar de mantener la presencia de Dios mediante nuestra memoria. La sensación de su presencia fluctúa de acuerdo a nuestra memoria. Cuando lo recordamos somos conscientes de su presencia, de lo contrario se pierde.

¿Cómo podemos entonces lograr morar en la presencia de Dios continuamente?

La clave está en el quebrantamiento del hombre exterior, ya que ni nuestra emoción ni nuestros pensamientos tienen la misma naturaleza de Dios, no pueden estar unidos a Él. La presencia de Dios está en el Espíritu y no en la memoria.

Juan 4 " Dios es Espíritu, sólo nuestro espíritu tiene la naturaleza de Dios, por lo tanto puede estar unido eternamente a Él."
4

Presencia de Dios a Través de Pensamiento, Se pierde Desconcentración
Presencia de Dios a Través de Emociones, Emoción cesa

A veces creemos que tenemos la presencia de Dios cuando estamos felices o cuando nos lamentamos o lloramos, entonces cuando dejamos esto su presencia se va.
Sólo el hombre interior tiene la misma naturaleza de Dios, sólo a través de él su presencia puede ser manifestada.
Ej. Platos.

Una vez que el hombre exterior se quebranta, ya no necesita apartarse para estar en la presencia de Dios pues siempre está en su presencia. No es así cuando el hombre exterior está intacto.

Aquellos quebrantados no necesitan regresar a Dios pues nunca se han alejado, gozan de la presencia de Dios para orar y gozan de la presencia de Dios cuando está en las actividades diarias.


Dios los Bendiga!!!!!