Todos tenemos lugares favoritos, un precioso lugar en la playa, alguna ciudad que nos trae recuerdos, ciertas partes de nuestra ciudad, etc.
Leyendo el evangelio de Marcos, vemos que si había un lugar preferido para Jesús, este era Galilea, aquí se dio lugar al “primer distrito” y era la casa de Pedro, aquí llegaron luego de que Jesús predicó en la sinagoga, y la sanó a su suegra, de la fiebre que la afectaba.
Marcos 1:29-31 Al salir de la sinagoga, vinieron a casa de Simón y Andrés, con Jacobo y Juan. Y la suegra de Simón estaba acostada con fiebre; y en seguida le hablaron de ella. Entonces él se acercó, y la tomó de la mano y la levantó; e inmediatamente le dejó la fiebre, y ella les servía.
Entonces muchas personas llegaron al distrito, muchos enfermos y endemoniados, y Jesús desplegó con autoridad de su sanidad.
1:32-34 Cuando llegó la noche, luego que el sol se puso, le trajeron todos los que tenían enfermedades, y a los endemoniados; y toda la ciudad se agolpó a la puerta. Y sanó a muchos que estaban enfermos de diversas enfermedades, y echó fuera muchos demonios; y no dejaba hablar a los demonios, porque le conocían.
Sé Libre, Sé Sano, Sé Libre, Sé Sano, Sé Libre, Sé Sano. Sospechamos que pasó mucho tiempo en esto, ya que después de la prédica, se agolparon a la puerta.
El Distrito era un éxito, toda la ciudad quería postrarse a los pies del Señor, podrían haber estado mucho tiempo en este lugar, pero algo pasó al otro día cuando aún era de noche, Jesús fue en busca del Padre, a pedirle dirección.
1:35-38 Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba. Y le buscó Simón, y los que con él estaban; y hallándole, le dijeron: Todos te buscan. El les dijo: Vamos a los lugares vecinos, para que predique también allí; porque para esto he venido
Todo indicaba que estaban en el lugar preciso, de hecho muy temprano se volvió a agolpar la ciudad a la puerta de la casa de Pedro, pero Jesús no estaba, lo buscaron y lo encontraron en un lugar solitario, buscando la dirección del Padre.
Salmos 5:3 Oh Jehová, de mañana oirás mi voz; De mañana me presentaré delante de ti, y esperaré.
El modelo nombrado en los Salmos, se cumplía, el pedir la dirección, el esperar respuesta y el obedecer.
Jesús sabía que tenía una misión, un mandato que cumplir, en Lucas vemos reiteradas veces que tenía una necesidad imperiosa de llegar a Jerusalen.
Lucas 9:51 Cuando se cumplió el tiempo en que él había de ser recibido arriba, afirmó su rostro para ir a Jerusalén.
Lucas 13:22 Pasaba Jesús por ciudades y aldeas, enseñando, y encaminándose a Jerusalén.
Lucas 17:11 Yendo Jesús a Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea.
Lucas 18:31 Tomando Jesús a los doce, les dijo: He aquí subimos a Jerusalén, y se cumplirán todas las cosas escritas por los profetas acerca del Hijo del Hombre.
Lucas 19:11 Oyendo ellos estas cosas, prosiguió Jesús y dijo una parábola, por cuanto estaba cerca de Jerusalén, y ellos pensaban que el reino de Dios se manifestaría inmediatamente
Lucas 19:28 Dicho esto, iba delante subiendo a Jerusalén.
Lucas 19:41 Y cuando llegó cerca de la ciudad, al verla, lloró sobre ella.
Sí que estaba claro de que tenía que ir a Jerusalén, nada lo iba a hacer dudar, ni el buen pasar, ni las cosas que podía lograr, ni nada, todo era lícito, pero no todo le convenía, ¿qué le convenía? Hacer la voluntad de Dios
Para esto le buscaba cada mañana, y El Padre le revelaba la dirección, este es el secreto, buscar a Dios en la mañana, esperar, recibir la dirección y obedecer.
Si había algo claro para Jesús, era que podía gobernar, podía tener a todo el mundo a sus pies, que era lícito, pero lo que le convenía a toda la humanidad era que el aceite que honra al Señor, el que se obtiene por su propia muerte, bañara la tierra.
Jueces 9:8-9 Fueron una vez los árboles a elegir rey sobre sí, y dijeron al olivo: Reina sobre nosotros. Mas el olivo respondió: ¿He de dejar mi aceite, con el cual en mí se honra a Dios y a los hombres, para ir a ser grande sobre los árboles?
