miércoles, 24 de marzo de 2010

La importancia del quebrantamiento

Del libro: La Liberación del Espíritu, Watchman Nee (Capítulo 1)



Como aparece en la figura, Dios nos diseñó con un cuerpo (Hombre de más afuera), alma (Hombre exterior) y espíritu (Hombre interior), de tal forma que El Espíritu Santo unido a nuestro espíritu gobernarían al alma y nuestro cuerpo. A su vez, el alma y el espíritu utilizarían al cuerpo como modo de expresión (a través de las palabras, gestos, etc).
Debemos entender la obra que Dios quiere hacer con cada uno de nosotros a través del quebrantamiento de nuestra alma, y cuál debe ser nuestra disposición como hijos y siervos suyos.
El Señor quiere encontrar el mínimo impedimento en nosotros y ser liberado completamente a través de nuestro espíritu disciplinado y vivificado.
El impedimento para lograr esto es nuestra alma.
Todo el que sirve a Dios se dará cuenta tarde o temprano que el gran impedimento de su trabajo no son los otros, sino uno mismo.
Recurrentemente nuestro espíritu y el alma tienden a ir en direcciones opuestas (no están en armonía).
Debemos romper nuestro hombre exterior.
La Palabra de Dios dice:
Jn 12:24 -25 - De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto. El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará.
Jn 12:3 - Entonces María tomó una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y los enjugó con sus cabellos; y la casa se llenó del olor del perfume.
Así como la cáscara del trigo o el frasco de alabastro, debemos permitir que el Señor quebrante nuestra vida.
Si lo exterior permanece intacto, lo interior nunca será capaz de salir, por lo que resulta esencial ser quebrantados por el Señor.
El Señor ocupa dos formas que quebrantarnos: GRADUAL o de manera REPENTINA. No podemos disminuir el tiempo o controlar cómo seremos quebrantados, pero sí prolongarlo...
Lamentablemente muchos:
1) Poseen una alma muy fuerte (voluntad, intelecto, emociones) o simplemente no reconocen la mano de Dios en ellos (siguen en tinieblas y le echan la culpa a las circunstancias).
2) Tienen mucho amor propio, lo que les impide ser quebrantados.

El Espíritu Santo obra en nosotros para quebrantar nuestra alma
El Espíritu Santo obra en nosotros para quebrantar nuestro hombre exterior. El problema es que muchas veces no afligimos por pequeñeces, murmuramos ante las pequeñas pérdidas.
No seamos mezquinos con el Señor, debemos permitir que Él rompa por completo hombre exterior.
Nuestro modelo a seguir
La sumisión, sujeción y servicio de Cristo en cuanto al Padre, no fue una vida de destrucción del alma, sino de descanso y deleite. (Mt 26: 36-39 – Oración de Getsemaní). Así tiene que ser nuestra relación con Dios.
¡Gocémonos en el Señor¡
Que gozo cuando, una vez hemos sido quebrantamos, podemos decir como el salmista:
Sal 62:5-6 - Alma mía, en Dios solamente reposa, Porque de él es mi esperanza.
El solamente es mi roca y mi salvación. Es mi refugio, no resbalaré.